viernes, 28 de agosto de 2015

Ganas de estar contigo

Ganas de verte, ganas de sentir tu sonrisa provocar la mía, ganas de que tu ánimo motive una vorágine de sentimientos dentro de mí. Eso es lo que tengo. Te extraño y quiero compartir contigo todo lo que nos ha impedido ese fantasma que traigo conmigo y que ya conoces. Quiero abrazarte, sentirte conmigo, sentir que no soy diferente cuando estoy junto a ti. Quiero notar tus manos frotándome la espalda y tu barbilla apoyándose en mi hombro. Busco volver a vivir esa complicidad que compartimos día a día, curiosamente sin miradas. Necesito disfrutar de ti lo poco que me queda por estar a tu lado. Lo que surja después, dependerá de tus decisiones, que yo respeto y defiendo férreamente. Me encantaría bromear y prometo intentarlo, pero contigo me cuesta si no es por escrito. Ganas, muchas ganas de verte y de reír contigo, de desahogarme si lo necesito y de escucharte si lo precisas, de agarrarte de la mano y ponerte la otra en un hombro, de mirarte a los ojos por primera vez y demostrarte a través de ellos lo mucho que me importas, de seguir ayudándote como hasta ahora en los pequeños detalles, pero también si te surge algo complicado. Hoy más que nunca, tengo ganas de entenderte, de comprender tus gestos, tus palabras y celebrar con gran júbilo tus alegrías. Quiero escuchar tus diferentes risas y carcajearme con ellas, compartir mi mundo y dejarte entrar en él si lo deseas, sentir la calidez que me transmiten esas miradas que nunca observo pero que presiento. Me gustaría despejarte la mente, desligarte de esas obligaciones que te cargas a tus espaldas innecesariamente. Quisiera ponerte contenta y contribuir a tu felicidad, descubrir un mundo entero a tu lado y darte las gracias por enésima vez. No quiero dejar de agradecerte, no quiero dejar de decir palabras solemnes, no quiero alejarte de mí pese a que la despedida duela. Prometo portarme bien, no darte ningún problema. Hoy, más que nunca, tengo ganas de estar contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario